sábado, 12 de junio de 2010

La Educación y La Tecnología


Por: Edgar Márquez


En una ocasión en una preparatoria se presenta una situación interesante la cual es el reflejo de una cultura que hoy en día se ve, un conformismo entre los estudiantes del nivel medio superior que realmente es preocupante, su desempeño fijado en una cifra solamente, y aunque en algún momento se diga que las calificaciones no importan, que son solo estadísticas y es una cuestión de interés, también es la evidencia de un aprovechamiento incompleto, ver alumnos rogando un redondeo de 65 a 70 y ¡llevando a sus padres a lado! Nos habla de una incapacidad de sobrellevar una responsabilidad que les incumbe como estudiantes y como la formación de carácter. Porque si hablamos de que la responsabilidad es la capacidad de responder, ¿porque no responder a una calificación que ellos mismos sacaron, que estudiaron y que los inconforma? La calificación como lo dije anteriormente nos habla de una evidencia, de algo palpable que muestra el logro obtenido.


Tendríamos que visualizar esta parte de que el alumno contemporáneo esta casi nulo de perspectiva futura y prefiere vivir en fantasía que, aún siendo un rasgo predominante en los adolescentes ¿Qué tipo de criterio se forjará en ellos? Ya que por otro lado si algo nos muestra el avance de la tecnología: es la facilidad de realizar actividades y el ahorro de tiempo. Pues cada vez el tiempo no es suficiente para hacer las cosas, por eso hay mucho problema de estrés en nuestra sociedad por aquello de que “no hay tiempo para perder el tiempo”. La tecnología que viene a ser necesaria y cómoda, a la vez también juega su contraparte en la dependencia hacia ella y es cuando se convierte en un problema.


Respecto a lo anterior en una revista de índole educativa había un articulo donde los maestros de primaria opinaban respecto al trato con sus alumnos y hablaban de que los padres explicaban su vida privada justificando su ineficiencia para educar: “es que no puedo estar mucho tiempo con mi hijo porque soy divorciada y tengo que trabajar”. Sobre este ejemplo es interesante ver como lo privado se vuelve del dominio público (como lo dicho en el articulo anterior respecto al discurso del paciente psiquiátrico) y eso cambia el concepto o perspectiva de la familia, porque al ser aceptado como algo tan normal, ese tipo de expresiones tan abiertas dan a entender la imposibilidad de ser padre, también se empiezan a transformar otras áreas de la familia como el modo de involucrarse y relacionarse entre los mismos miembros, negándose una situación que pudiese trabajarse para dar un sentido a ese problema. (Como en este caso de un divorcio) En esta misma nota decía que los alumnos ya no ponían atención por estar hablando por celular, escuchando música en horas de clase, aparte que eran demandantes en sus caprichos y sobre todo mostraban una capacidad de socializar que era totalmente ineficaz, si tenían una rencilla con otros compañeros no lo solucionaban ellos mismos sino que pedían a la maestra que lo arreglara ella inmediatamente, cuando antes ese tipo de cosas se arreglaban en el patio y no necesariamente llegando a agredirse, pero si confrontarse con el otro y discutirlo, porque para poder socializar tiene que haber un contacto, es la forma de integrarse con los demás, ¡ser dinámico!. Y no mantener una posición pasiva a su deseo.


Porque es el deseo lo que nos permite realizar algo o no, si hemos de perder esa esencia nos veremos dados en la situación de la desidia y donde solo se recibe lo que se ofrece mas no lo que uno quisiera tener, viviendo de forma limitada a las propias necesidades y ¿porque no? A la propia ambición.


Ligando a los alumnos de primaria con los jóvenes bachilleres vemos la diferencia de edades pero sin embargo se viene compartiendo una misma época y afecta de formas estrechas ya que también comparten una misma cultura. Los intereses se pierden en la fantasía, y se complica para llevarse a cabo, esa es otro problema con la dependencia de la tecnología: implica no pensar, pues nos muestra resultados con mayor rapidez y eso impide el desarrollo de la creatividad pues las representaciones ahí están, tan palpables y accesibles que solo es cuestión de ser recibidas.


Hasta ahora he mencionado los problemas que conlleva el exceso de la tecnología así como el continuo aislamiento que ésta acarrea. Claro está que este constante avance técnico es necesario y definitivamente importante porque nos abre más a los campos de desarrollo para la actividad del hombre. Esto justifica su uso para la industria, la economía, la cultura y la diversión, sin embargo como peligro de vicio: ¿quien consume a quien? De lo creado uno puede volverse dominado o consumido, y si no hay una educación básica de por medio, se cae en la propensa compra de ideas que no se podrán cuestionar pues es lo único que se da.


La formación del criterio, es algo que he querido señalar, porque aunque sea un proceso también de la adolescencia, como lo plantearía Piaget en el estadio de las operaciones formales: el principio del cuestionamiento, de la abstracción y la intelectualizacion, nos habla de un desligue de lo establecido en el alumno, sin embargo hoy en día eso se ha sustituido por la presentación de la imagen, lo alcanzable de lo inalcanzable, la sola recepción de alguna información, concretizar un hecho inmediato.


Así que en el plano escolar, respecto a los maestros, sería recomendado que más que dar respuestas, explicaciones mecánicas de un procedimiento o la sola muestra de su saber, ¿Por qué no plantear la duda que surja de lo esperado? arrancar el prejuicio de lo establecido. El escritor Mauricio Robert Díaz nos comparte algo muy bueno sobre esto en su libro “Antonio Machado y la Educación”: El escepticismo a que yo quisiera llevaros es más fuente de regocijo que de melancolía. Consiste en haceros dudar del pensamiento propio, aunque aceptéis el ajeno, por cortesía y sin daño de vuestra conciencia, porque, al fin, del pensamiento ajeno nunca sabréis gran cosa. Quiero enseñaros a dudar del pensamiento propio cuando éste lleva a callejones sin salida, que es indicaros la salida de esos callejones…”. La duda, es en ella donde se mueve al sujeto al desconocer un saber, y atemorizante se vuelve su descubrir, sin embargo en su búsqueda va encontrando alternativas que lo llevarán a una verdad, a la salida de “sus” callejones, y habrá encontrado en si mismo el pensamiento que lo acorteja.


La tecnología y la educación, una combinación elegante de la capacidad del hombre, y como una vez un maestro me dijo: “¿Como se produce un conocimiento?...pues con la herramienta mas antigua que tiene el hombre: la pregunta”, tan sencillo como eso, solo que ahora se acostumbra a lanzar respuestas a priori, lo que ocasiona mostrar la ignorancia mas a flote que su pretensión de negarla.

Por eso si en la educación se refiere a una multidirección, de una guía de quienes instruyen y conducen, es al final lo que nuestro manejo nos conlleva al encuentro de un saber y al contacto de lo que nos es desconocido.





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